El consorcio de PHENOLEXA se reunió al completo los días 15 y 16 de mayo en las instalaciones del centro tecnológico CARTIF para celebrar la última reunión del proyecto y recapitular así los resultados conseguidos tras tres años de investigación y desarrollo.

Esta iniciativa surgió con el fin de desarrollar una tecnología de base para el despliegue del proceso de biorrefinería en cascada que extrajera y conservase eficazmente los compuestos polifenólicos de cuatro tipos de biomasa residual: restos de poda y hojas de olivo y uva, cáscara de cebolla, y hojas de raíz de achicoria. Combinando la escala de laboratorio y pre-industrial (TRL 4/5), el proyecto PHENOLEXA ha demostrado a lo largo de estos meses 12 tecnologías:

  • Cuatro tecnologías innovadoras de pretratamiento de la biomasa residual: microbiano, fúngico, por ultrasonidos y por campos eléctricos pulsados.
  • Dos tecnologías de extracción de compuestos bioactivos polifenólicos: con disolventes eutécticos naturales y profundos (NADES) y con agua subcrítica.
  • Dos tecnologías de purificación: filtración por membranas y cromatografía de partición centrífuga (CPC).
  • Una técnica de funcionalización: modificación y derivatización de flavonoides y ácidos fenólicos.
  • Tres tecnologías de microencapsulación y estabilización: secado por aspersión, por emulsificación de membrana y por coacervación de gotas.

Otra de las acciones que se han llevado a cabo dentro del marco del proyecto ha sido la caracterización completa in vitro e in vivo de los bioactivos obtenidos de los que se han creado prototipos de productos cosméticos, nutracéuticos, farmacéuticos y de alimentación funcional incluyendo estos compuestos obtenidos durante el desarrollo del mismo.

Asimismo, también se ha validado la viabilidad tecno-económica y la sostenibilidad del proceso de biorrefinería, evaluando indicadores ambientales –como la huella de carbono-, y sociales –como la salud y seguridad en el sector agrícola-.

El equipo investigador de CARTIF involucrado en este proyecto se ha encargado del inventario de esta biomasa residual y del desarrollo de su posible cadena de suministro en Europa; ha demostrado, a nivel laboratorio, la viabilidad de la encapsulación de los compuestos bioactivos mediante secado en spray, así como la evaluación ambiental y socio-económica de los procesos tecnológicos estudiados en el proyecto.

PHENOLEXA es un proyecto de investigación e innovación cuyo objetivo ha sido desarrollar un proceso de biorrefinería en cascada inocuo, eficiente y respetuoso con el medio ambiente para obtener compuestos bioactivos polifenólicos (CBA) de alto valor, con una funcionalidad preservada, adaptada y/o mejorada con actividades biológicas específicas para su uso en productos farmacéuticos, nutracéuticos y cosméticos.

Según Eurostat, el sector agrícola es, con diferencia, el mayor productor de biomasa residual en Europa, generando anualmente unos 400 millones de toneladas (Mt) de residuos agrícolas secos. Esta biomasa residual suele utilizarse para aplicaciones de bajo valor (compost o piensos). Sin embargo, es muy rica en diversos compuestos bioactivos (polifenoles entre otros) que podrían utilizarse para mejorar la salud y el bienestar de la sociedad, pero suele desaprovecharse para aplicaciones de alto valor debido a la falta de tecnología integral que permita extraer y conservar eficazmente los bioactivos.

Dentro de este marco surgió el proyecto PHENOLEXA, que dio comienzo en junio 2021 y ha concluido este mes de mayo tras tres años de trabajo, habiendo reunido a un equipo de 12 socios europeos de España, Reino Unido, Italia, Bélgica, Alemania, Francia, Estonia y Polonia. El presupuesto total del proyecto ha sido de 4,6 millones de euros y ha contado con la contribución de la empresa común BBI de 3,9 millones de euros.

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